Ayer se me encogió el alma al volver a verte, se que siempre estas ahí, pero últimamente cada vez que pasaba por tu zona me extrañaba no verte, y ayer te acercaste, como tantas otras veces, y mi primera caricia me aterrorizó, tu columna, tus costillas se clavaron en mi mano, nunca te había visto así, me dijeron que comes poco, que tu chico acaba comiéndose tu comida, y antes tu no eras así, no dejabas que nadie se acercara mientras estabas a lo tuyo, a todos nos hacía gracia tu forma de comer, no veas cómo nos reíamos contigo. Pero ahora…¿un sencillo eccema?, no puede ser sólo eso, tu y los demás sabemos que hay algo detrás, que eres mayor y tu cuerpo otrora fornido y esbelto (como cuando te conocí) se resiente, se marchita cual flor que se queda sin agua, has enfermado, tu llama se extingue, y no podemos remediarlo, ojalá pudiéramos, encontráramos la manera de hacerlo, se que él va a hacer todo lo posible para que mejores, para que encuentres las fuerzas de seguir adelante, que sigas buscándonos cada vez que llegamos al terreno, que nos gruñas y que nos pidas alegría, pero tu edad ya es demasiado avanzada para buscar remedios drásticos que no acabarán dando solución.

Mis lágrimas sobre estas líneas, no son nada comparadas con las del día en que te marches, pues sé que no te voy a olvidar nunca, jamás, porque la casualidad o el destino o no sé qué coño fue lo que cruzó nuestras vidas, y tú, eres la madre de mi niña, de mi pedacito de vida, de mi pequeña ilusión, esa pequeña a la que le diste tus mejores genes y que inunda de alegría nuestras vidas, y esa que tantos momentos geniales me está haciendo y me hará pasar, la que me ha hecho aprender y descubrir lo importante que puede ser uno de vosotros en la vida de cualquier persona y la que me ha hecho darme cuenta de lo necesario que es vivir al lado de la ternura, la bondad, la alegría y el cariño de uno de vosotros. Deseo que lo que venga, que sea rápido, pues tú no mereces sufrir y que antes de que llegue, te hayas podido despedir de todos nosotros, porque te aseguro que cuando no estés, te echaremos mucho de menos, Carla.
...de esas flores de colores que plantaste tú en mi pecho?