1 jun 2009

...ella tiene su amargura en su color, en su color...

Este fin de semana ha sido intenso, por tierras germanas, visitando la ciudad romana más antigua de Alemania y disfrutando de sus encantos y nuestra gente, muy buenos momentos hemos pasado; pero la voz de mi madre me preocupó el viernes, la reunión ha ido no muy bien, dijo; y cuando ella dice eso es, algo asi como decir: tu pásalo bien, que ya me como yo la mierda, no quiero joderte el fin de semana.

Ahora recuerdo los cumpleaños de mi bisabuela, donde más de 30 primos nos dedicábamos a reir y hacer trastadas, donde la vida no nos importaba más que los helados que comíamos, los que robábamos y los que acababan en nuestras vestimentas. Recuerdo las navidades con los 30 metidos en casa de mis abuelos picando algo antes de la Comida de Navidad; también recuerdo los veranos y las Pascuas en Montanejos; pero hoy lo recuerdo todo en blanco y negro, hoy son todo cenizas, algo ha muerto en mi, la sensación de que mi familia ha sido víctima de una cruel enfermedad, el dinero; por cuatro putos euros, ha saltado todo por los aires, al castillo que un día levantó mi bisabuelo ha llegado la peste , cual cancer irreversible...sin salvación. Ahora pienso en mi abuelo, que donde quiera que esté debe estar sumido en la mayor de las depresiones, viendo como, por lo que más peleó, por lo que más sufrió, por lo que más luchó...es víctima de la ambición del dinero. Tantos años de trabajar de sol a sol, de pringar a sus hijos y hacerlos sufrir bajo el estricto horario que imponen las luces del alba, de dejar de criar a sus nietos por levantar su vida...Tantos años que se van a la mierda, demostrando que los lodos del dinero pueden con todo, y están engullendo un negocio que ya no tiene futuro y con ellos tantos lazos familiares, la repudia de la sangre, ha llevado a la muerte de los vivos...

Se que ella nunca estará sóla, nosotros no la dejaremos, pero hoy...sólo son 3 contra el mundo.

Qué caros se pagan los errores.


Hoy nos cambia la vida