2 abr 2009

...ella fue la única que se acordó de mi, ella fue mi apoyo, fue mi salvación...

Esta mañana he visto la vida desde otro punto de vista...y mi corazón se ha sobrecogido. No era la primera vez que estaba allí, han sido muchas, y serán muchas más, me espera un año trabajando en ella; pero hoy he visto su triste color.


Entre carteles de ánimo caminan sus habitantes, acostumbrados a su vida alli, viviendo como si sus muros no les dieran sombra, paseando en cualquier dirección, con ningún sentido; es poco menos que una ciudad y mucho más que muchos pueblos a los que acostumbro a ir, 4.000 personas la habitan, algunos se conocen, otros no; pero ninguno habla más de lo que debe. Ven el cielo a través de cuadrículas, en la soledad de su mundo, el mundo que un día les llevó hasta allí y que ahora les fuerza a conocerse, a relacionarse.



Me he imaginado levantarme cada mañana, y ver por mi cuadrícula el cielo y que mi horizonte sea una pared coronada por espino, muchos dibujos harían falta para soportarlo, tantos que no sería capaz de dibujarlos. Pensar en ese lugar día a día...se me para el tiempo.




...a mi nunca me abandonó, nunca le importó si yo era culpable o no...